Haití y la televisión: ¿Información o amarillismo?
Por Mercedes Dávalos Mc Nally (*)
La noticia del Terremoto de Haití es sin lugar a dudas una de las catástrofes más importantes de la última década. La situación que ahí se vive es noticia de primera plana y de un espacio prolongado en la radio y la televisión.
Cuando se trata de sensibilizar a la gente, parece que se ha convertido en una tarea exitosa mucho más efectiva ante catástrofes que en cualquier otro aspecto de nuestra sociedad mexicana. Por lo que queda muy claro el rol y la credibilidad que tienen los medios ante el público, y a la vez es preciso decir que no en todos los medios se ha manejado de la mejor manera. En muchos noticieros se han dejado de lado los principios éticos priorizando las exclusividades y la audiencia con imágenes impactantes que no tendrían por qué ser la esencia de lo que se debería presentar.
Enfocándonos a la televisión mexicana la perspectiva de la tragedia haitiana ha sido puramente morbosa debido a su tinte amarillista. Siendo justos, el reporte sobre las noticias de las consecuencias del terremoto que sacudió a Haití no debería de durar más de diez minutos, pero las cadenas televisivas se expanden en el tema, repitiendo la misma información de distintas maneras o sustituyendo ésta por información “basura”. Así como se muestran las crudas imágenes de los miles de cadáveres que se encuentran abandonados en las calles, otras tantas resultan de igual manera, totalmente desgarradoras para cualquier público televidente.
Desgraciadamente más que la búsqueda de información relevante y mejor investigada parece que por momentos se tiene una disputa por presentan las imágenes más escabrosas. El periodismo debe buscar el profesionalismo, tener una ideología que vaya centrada en la dignidad humana y desgraciadamente en algunos medios eso no ha importado.
Lo más triste es que pocos se han acordado de que Haití es un país sumamente pobre, y en consecuencia sale a la luz la pregunta de ¿donde estaban esos medios antes del terremoto? Aquellos que cuando se presentaban vivencias en ese país que eran igualmente reprobables nunca aparecieron. Esta claro como a veces el único objetivo se conduce por el dinero y la exclusividad. Ese es el camino seguido por muchos medios, lo cual se ha mostrado sin cesar en esta trágica semana.
Debido al momento que vive el país incluso podría parecer lamentable que se envíe a reporteros a cubrir la nota. Es una falta de responsabilidad porque podría llegar a interpretarse de mala manera, el hecho de que se atente contra la seguridad del reportero y que de forma consecuente resulte una molestia para el gobierno haitiano. Está claro que el reportero es un profesional y es meritoria su estancia, pero debido a las circunstancias tendría que ser una presencia avalada por la posibilidad de asistir de buena forma a los heridos, sin agravar aún más la situación.
Es cuestionable la presencia de los medios de comunicación sin un respaldo verdaderamente real sobre las posibilidades y consecuencias de su presencia en Haití. Esto es preciso debido a que en primera instancia, ya que no se esperaba un terremoto como el que ocurrió este martes en Puerto Príncipe, que pudo haber cobrado otras tantas miles de vidas.
La función de los medios de comunicación debe principalmente condicionarse por presentar la información de manera concreta y correcta, a la vez que se debe de sensibilizar al mundo de la terrible catástrofe.
Se debe aprovechar el poder de los medios de comunicación para que la ayuda a los haitianos llegue lo más pronto posible, sin olvidar la máxima función que debe fungir en ellos. Se tienen las posibilidades pero no se puede aprovechar una desgracia como ésta para beneficiar a los propios intereses y conseguir más audiencia a través de la crudeza que hoy se ha desbocado.
La búsqueda de lograr objetivamente el verdadero sentido del periodismo de informar se ha perdido un poco, la investigación a fondo y las respuestas a las verdaderas preguntas y cosas que hagan crecer muchos más a la opinión publica son cuestiones que harían del periodismo algo mucho más valioso en estos casos. Profundizar más sobre las consecuencias, todo lo que hay detrás, los intereses de Estados Unidos son contenidos mucho más importantes que los tristes cadáveres. Está en cada uno no favorecer este tipo de contenidos.
(*) Estudiante de la Facultad de Comunicación de la Universidad Anáhuac México-Norte.
Fuente:
http://jorgesantacruz.radiotrece.com.mx/2010/01/26/haiti-y-la-television-%C2%BFinformacion-o-amarillismo/